Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.Matilde Hidalgo de Procel fue una precursora de los derechos de las mujeres y la educación en Ecuador y América Latina. Nacida en Loja en 1889, Matilde fue la última de siete hijos en su familia. Su padre falleció antes de que ella naciera, dejando a su madre trabajando como costurera. A pesar de estas circunstancias desafiantes, Matilde, con el apoyo de su hermano Antonio, buscó una educación que en ese momento era en gran parte inaccesible para las mujeres.

Matilde se convirtió en la primera mujer en graduarse de la escuela secundaria en Ecuador en el Colegio Bernardo Valdivieso. Su búsqueda de educación no se detuvo allí; luchó para ingresar a la universidad, enfrentando inicialmente el rechazo debido a su género. Sin desanimarse, Matilde finalmente obtuvo su título en medicina de la Universidad de Cuenca y más tarde, un doctorado de la Universidad Central del Ecuador, convirtiéndose en la primera médica en Ecuador.

Sus logros se extendieron más allá de su vida profesional. En 1924, Matilde se convirtió en la primera mujer en votar en América Latina, estableciendo un precedente que llevaría a Ecuador a ser el primer país del continente en otorgar a las mujeres el derecho al voto en elecciones nacionales.

La carrera política de Matilde incluyó ser elegida como la primera concejala y vicepresidenta del Consejo de Machala. Continuó su servicio público como la primera mujer elegida para un puesto administrativo en Loja y más tarde como la primera Diputada al Congreso. También fue médica, poeta y miembro de diversas sociedades médicas y culturales.

El impacto de Matilde fue reconocido a través de numerosos premios, incluido el Premio al Mérito Nacional otorgado por el Presidente de Ecuador y el Ministro de Salud Pública. La ciudad de Loja la honró como “Mujer Ilustre”. Su legado continúa inspirando y su vida fue celebrada por Google con un Doodle en 2019.

Matilde falleció en 1974 en Guayaquil debido a complicaciones de un derrame cerebral, dejando un legado como pionera de los derechos de las mujeres y una inspiración para las futuras generaciones. Su vida y logros se conmemoran en un museo en Loja, y su historia ha sido contada en películas como “Matilde, la dama del siglo” y “La dama invencible”.